Todavía recuerdo como si fuera ayer lo que estaba haciendo cuando anunciaron el secuestro de Miguel
Ángel Blanco: Iba camino de casa en el coche cuando escuche la noticia, me quede estupefacto,
incrédulo ante el corto espacio de tiempo transcurrido entre el secuestro y la
comunicación del mismo y por la gravedad del
ultimátum, sin embargo sabia que
teníamos un gran gobernante al frente del
País y que
haría lo que tuviera que hacer.
Con el paso del tiempo fuimos conociendo a Miguel
Ángel, a sus padres, a su novia y sobre todo a
Mari Mar, su hermana y que con el paso del tiempo
demostró ser una mujer de armas tomar y nos fue afectando mas y mas la amenaza que se
cernía sobre el pobre concejal.
Aquellos dos
días fueron duros, muy duros, angustiosos, inquietantes y sobre todo expectantes.
Recuerdo aquella mañana del
sábado, con la gran
manifestación de Bilbao, y por primera y
única vez en aquellos
días, me
sentí esperanzado, pensaba que con la impresionante
movilización social conseguida, la
organización terrorista E.T.A.
daría muestras de buena voluntad,
liberaría a Miguel
Ángel, y luego
hablaria con el gobierno de España para conseguir el fin definitivo de la violencia.
Craso error, el tiempo fue pasando y no
había noticias, recuerdo aquella comida en familia, nadie tenia demasiados
ánimos para hablar y todas las caras reflejaban una intensa
preocupación.
Al terminar de comer me puse a escuchar la
retransmisión del final de etapa del
Tour de Francia
y
todavía recuerdo la voz nerviosa de Antonio Herrero, nuestro querido y añorado Antonio Herrero que desde las Ondas de la Cope dio la primera noticia acerca del asesinato de Miguel, como
había sido disparado a quemarropa en un bosque de
Lasarte, estaba gravemente herido y era trasladado en ambulancia al Hospital.
Lo primero que hice, fue llorar, llorar amargamente y con el paso del tiempo sentir como mi tristeza se
convertía en rabia y dolor ante el brutal crimen.
Aquella tarde fuimos de compras al
hipermercado Continente, todas las caras reflejaban tristeza e
indignación, y delante de los televisores
había una enorme multitud
enterándose acerca de las ultimas noticias.
La compra duro poco y
volví de nuevo a casa para de nuevo escuchar a Antonio Herrero, recuerdo como a pesar de su
indignación, llamaba a la calma, a lo largo de toda la tarde-noche se produjeron a lo largo de todo el
País Vasco altercados a las puertas de las sedes y locales de
HB y
ETA y todo el mundo
presentía que algo horrible
podía suceder, afortunadamente la sangre no llego al
rió, aunque aquella
conmoción nacional reflejada en las impresionantes manifestaciones que tuvieron lugar el Lunes siguiente dieron lugar a lo que mas tarde fue conocido como el
espíritu de
Ermua.
Yo, con mi ingenuidad habitual
creí que aquella seria el ultimo asesinato de los terroristas, sin embargo pronto los Nacionalistas olvidaron aquellos
días en los que
ETA se
convirtió de Amenazador a amenazado y volvieron a darle oxigeno, tal y como
harian mas tarde
Carod Rovira en
Perpignan y 10 años mas tarde el
ignominioso presidente que actualmente y por desgracia no esta desgobernando y cediendo vilmente ante todos y cada uno de los chantajes de los terroristas.
Sin embargo el sacrificio de Miguel
Angel Blanco no fue en vano, ya que para muchas personas entre las que me encuentro, ha sido, es y sera un ejemplo perpetuo de
valentía, generosidad,
espíritu cívico y grandeza, en este Mundo en el que tanto escasean estas virtudes.
No quisiera terminar este articulo sin recordar a los concejales que como Miguel
Angel pasaron de ser personas
anonimas a convertirse en
héroes al convertirse en
victimas del terrorismo por el simple hecho de pertenecer al
PP, ser concejales en sus lugares de residencia y preocuparse por el bienestar de sus vecinos,
así y tras
Gregorio Ordoñez, y Miguel
Angel vinieron los asesinatos de
Jose Luis Caso,
Jose Ignacio
Iruretagoyena,
Alberto Jimenez Becerril y su esposa
Ascension, Tomas Caballero, Manuel
Zamarreño,
Jesus Pedrosa,
Jose Maria Martín Carpena, Manuel Indiano,
Jose Luis
Ruiz o Manuel
Jimenez Abad.
Este es mi homenaje a todos ellos y a todas las
victimas de la
barbaría etarra.